martes, 13 de mayo de 2014

The Amazing Spider-man 2: El Poder de Electro



Título Original The Amazing Spider-man 2: Rise of Electro (2014)
Director Marc Webb
Guión Alex Kurtzman, Roberto Orci, James Vanderbilt, Jeff Pinkner
Actores Andrew Garfield, Emma Stone, Jamie Foxx, Dane DeHaan, Felicity Jones, Paul Giamatti, Sally Field, Embeth Davidtz, Colm Feore, Campbell Scott, Denis Leary, Marton Csokas, Sarah Gadon, Chris Zylka, Martin Sheen, Chris Cooper, Mark Doherty, Stan Lee






A día de hoy la productora Sony Pictures posee los derechos cinematográficos de Spider-man, el personaje de Marvel Comics creado en por Stan Lee y Steve Ditko en el año 1962. Gracias a esto pudo explotar durante la pasada década una trilogía basada en las aventuras del alter ego superheróico de Peter Parker a manos de Sam Raimi (Evil Dead, Arrástrame al Infierno) que nos ofreció tres films, dos de ellos para el recuerdo (sobre todo el segundo) y un tercero fallido que dio al traste con una cuarta parte. Los jefazos de Sony decidieron pues que en 2012 estrenarían un reinicio de las andanzas del Hombre Araña con unos equipos técnico y artístico distintos a los de la anterior saga principalmente para no perder los derechos del personaje.




El director encargado de llevar a imágenes (una vez más) el génesis de Spider-man fue desconcertantemente Marc Webb, el director de la celebrada comedia indie (500) Días Juntos y los actores que se ocuparon de protagonizar el largometraje fueron Andrew Garfield (La Red Social, El Imaginario del Dr Parnassus) y Emma Stone (Gangster Squad, y Bienvenidos a Zombieland) entre otros secundarios como Martin Sheen, Sally Field o Rhys Ifans que dieron vida a los tíos Ben y May Parker y al villano de la velada, el Dr Curt Connors, alias el Lagarto de manera respectiva. El resultado de The Amazing Spider-man fue recibido con una considerable desigualdad. Unos veían por primera vez al auténtico Spider-man en pantalla y otros rechazaron tajántemente la atropellada, caótica e insípida visión que Marc Webb dio del trepamuros. Por desgracia un servidor se encontraba en este segundo bando.




Al haber sido una de esas (no pocas) personas que se habían quedado considerablemente decepcionados con esta nueva versión del personaje de cómics estandarte de la Casa de las Ideas mis reticencias e ideas prejuiciosas hacia esta segunda entrega no fueron pocas o intrascendentes. Por eso no di crédito el pasado miércoles cuando salí de los multicines de mi localidad, no ya bastante satisfecho con la película que acababa de ver, sino convencido de que había asistido a una de las mejores cintas con nuestro amistoso vecino de New York como protagonista y la más lograda desde aquella Spider-man 2 de 2004 a manos de Sam Raimi que a día de hoy no ha perdido nada de su encanto y buen hacer delante y detrás de las cámaras, aunque eso sea otra historia.




En The Amazing Spider-man 2: El Poder de Electro parece como si Marc Webb y su equipo de guionistas se hubieran parado a analizar concienzudamente todo lo que fallaba en la anterior entrega para convertir esos errores en aciertos que hicieran que esta segunda entrega se transformara en una película mucho más compacta, conseguida en todos los aspectos y satisfactoria tanto para el espectador experto en los cómics del personaje como para el néofito en esas lides. Lo ofrecido es una cinta de superhéroes cargada hasta arriba de acción, humor, romance, villanos bien perfilados, épica alternada con crepuscularidad así como momentos descacharrantes por su sorna y otros dramáticos muy conseguidos. Pero sobre todo tenemos por fin a la caracterización de Spider-man más fiel a los cómics que hemos podido ver en imagen real, aunque no así la mejor película sobre el personaje que para el que suscribe sigue siendo la ya mencionada Spider-man 2 con Tobey Maguire, Kristen Dunst, Alfred Molina y James Franco como protagonistas.




Uno de los aciertos de The Amazing Spider-man era que la acción estaba competentemente realizada. En esta segunda entrega Marc Webb le ha cogido el tono a las coreografías de lucha, persecución y malabarismos y nos regala algunos de los momentos técnicos más logrados jamás vistos en una producción cinematográfica de Spider-man. Porque si en cualquiera de las cinco películas sobre el personaje era un verdadero placer ver al superhéroe de los leotardos rojos y azules balancearse por los rascacielos de la ciudad que nunca duerme nunca lo ha hecho de una manera tan realista, prodigiosamente rematada y ejecutada como en The Amazing Spider-man 2: El Poder de Electro. Peleas, carreras automovilísticas a toda velocidad y batallas aéreas cuerpo a cuerpo de todo tipo dan como resultado pasajes brutales como el que abre el largometraje, el que tiene a Electro como epicentro en pleno Time Square, el del clímax final o el que cierra a modo de epílogo el film.




Pero lo mejor es que por fin esas escenas están protagonizadas por un Spider-man completamente deudor de los cómics. En las viñetas cuando nuestro amigo Peter Parker se enfunda el uniforme arácnido y se enfrenta a criminales de toda ralea no para de hacer comentarios irónicos u ofensivos contra sus rivales para desmoralizar a los mismos en pleno combate. Esto fue prácticamente obviado por Sam Raimi en su trilogía y Marc Webb trató de recuperarlo en su primera incursión en las correrías del personaje, pero no consiguiéndolo del todo a pesar de lo encomiable de sus intenciones. Ha tenido que ser esta The Amazing Spider-man 2: El Poder de Electro la que nos confirme (como bien dice mi compañero Jordi T. Pardo en su excelente crítica sobre el film en la web Zona Negativa) que sí podemos ver en imagen real a un Spider-man que no para de hacer chistes entre golpe y golpe asestados a cacos o los habituales miembros de su galería de supervillanos.




Pero es que hasta la cansina, demasiado naif y bastante pacata relación sentimental de Peter Parker y Gwen Stacy merora en esta entrega gracias a que el guión dedica más tiempo a que la interacción mutua ente los dos roles sea más realista y a que los actores ya sí, definitivamente, se encuentran en su salsa con sus papeles. Andrew Garfield está brillante con y sin máscara, en su versión pijamera está irónico, ágil, verborréico y carismático y en la civil ha dejado el monopatín y la sudadera con gorra que no pegaban ni con cola con el personaje y ha incidido en su faceta de genio de la física y chico algo retraído, pero nunca estúpido. Ella confirma su dulzura, aire pizpireto y sentido de la individualidad, aunque al final del film se vuelve irritantemente temeraría. Más tarde descubrimos que todo tiene sentido cuando asistimos a cómo Webb y sus escritores quieren coronar la película recreando aquel mítico clímax del The Amazing Spider-man número 121 a manos de Gerry Conway y Gil Kane que marcaría un importante punto de inflexión en el mundo del cómic.




De los villanos poco malo se puede decir más allá de que cumplen la tradición de que (casi) todos los diseños de las traslaciones a imagen real de los enemigos de Spider-man escupen en los tradicionales vistos en las viñetas (ayer mismos salió a la luz uno del Rinho mucho más fiel a los cómics y que estúpidamente fue descartado para la película) porque por suerte nada de la insipidez y poco aprovechada inventiva del Lagarto de la primera entrega puede verse en esta segunda parte. Casi todo el peso recae en el Electro que borda Jamie Foxx (aunque cuando interpreta a Max Dillon antes de conseguir sus poderes recuerda demasiado al Edward Nigma previo a conversion en el Acertijo de Jim Carrey en Batman Forever de Joel Schumacher) y que tiene la estética de la versión Ultimate del personaje pero también tiene vital importancia el Harry Osborn/Duende Verde de un muy convincente Dan DeHaan que sabe transmitir la inestabilidad mental que demanda su interesante rol. A ellos habría que sumar al inicio y cierre del film la aparición espisódica (muchos actores aparecen a modo de cameo en la película como Martin Sheen, Chris Cooper, Denis Leary, Sarah Gadon o el indispensable Stan Lee) pero tan memorable como simbólica de Paul Giamatti en metalizada piel de Rinho que no queda mal en pantalla aunque no tenga casi nada que ver con el de los tebeos.




The Amazing Spider-man 2: El Poder de Electro merece mucho la pena. Aunque al igual que su predecesora ha recibido opiniones muy polarizadas tanto por parte del público como de la prensa espcializada un servidor se posiciona esta vez a favor de los que han disfrutado casi al 100% con la película de Marc Webb. Porque por suerte a cada fallo de la obra como saltarse una generación del Duende Verde ( pero por suerte también blasfemias como sagas Pecados del Pasado) que nos encontramos por el camino nos ofrecen el doble de aciertos, entre ellos guiños al Doctor Octopus, el Buitre, la mención a ciertos "seis villanos" que en un futuro darán mucho que hablar la presencia de Felicia Hardy (la futura Gata Negra), y sobre todo la confirmacion de esa ineludible máxima que confirma que ese gran poder que conlleva una gran responsabilidad siempre será para Spider-man, y sobre todo Peter Parker, tanto un don como una maldición. Esa es la esencia del personaje creado por Stan Lee y Steve Ditko y por muchas años que pasen nunca debe ignorarse si queremos que siga siendo un icono ineludible de la cultura pop de la segunda mitad del siglo XX y la primera del XXI.



1 comentario:

  1. Me gusta más la primera película del increíble hombre araña, creo que las actuación de Chris Zylka ha sido muy buena en esta cinta, aunque hay más que ver en las series que ha hecho, ahora está en la segunda temporada de The Leftlovers.

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