viernes, 16 de agosto de 2013

Pacific Rim



Título Original Pacific Rim (2013)
Director Guillermo del Toro
Guión Travis Beachman y Guillermo del Toro
Actores Charlie Hunnam, Idris Elba, Rinko Kikuchi, Charlie Day, Diego Klattenhoff, Burn Gorman, Max Martini, Robert Kazinsky, Clifton Collins Jr., Ron Perlman, Brad William Henke, Larry Joe Campbell, Mana Ashida, Santiago Segura, Joe Pingue





Desde que despuntará internacionalmente con su ópera prima en el mundo del largometraje, Cronos, el mexicano Guillermo del Toro ha ido dando forma a su filmografía moviéndose entre dos países, Estados Unidos y España. Si bien en la tierra de las barras y estrellas ha dirigido productos de gran presupuesto (en los que como ha admitido en más de una ocasión no siempre ha tenido el control creativo de los proyectos) como Blade II las dos entregas de Hellboy, en nuestro país ha gestado algunos de sus proyectos más intimistas y personales, como la notable El Espinazo del Diablo o la inmensa El Laberinto del Fauno, aunque estas últimas sean realmente co producciones con su México natal.




Pacific Rim pertenece al grueso de su obra forjada en Hollywood, pero los tiempos de Mimic (su primera cinta americana cuyo rodaje admitió haber sido terrible por culpa de los productores) quedan lejos y el Guillermo del Toro actual tiene prácticamente carta blanca, trabaje en la industria que trabaje, desde que el maravilloso cuento de hadas protagonizado por Ivana Baquero y Sergi López rompiera todos los records habidos y por haber dentro del cine español (incluyendo siete premios Goya y nada más y nada menos que tres Oscars). Esto ya se dejó notar en Hellboy: El Ejército Dorado, cinta en la que la libertad artística del mexicano fue tal que el guión se le fue de las manos y su bestiario ilimitado de personajes devoró gran parte de la historia que quería narrarnos.




Pero por suerte la cinta que nos ocupa es, dentro del género y el tipo de cine al que pertenece, todo un éxito. Pacific Rim es uno de los blockbuster más recomendables del verano, una obra que hunde sus ráices en una tradición de cine nipón de género y por supuesto en el mundo del manga/anime del país del sol naciente. El resultado, como ya digo, es un largometraje 100% disfrutable, grandilocuente, wagneriano, ligero en su trasfondo pero completamente lúcido en su contexto y desarrollo, que ofrece dos horas de cine comercial, probablemente no de autor, pero sí con la suficiente personalidad como para destacar dentro de la ruidosa y bastante vacua cartelera de la temporada estival.




En un futuro un muy lejano unas gigantescos monstruos llamados Kaijus surgen de una grieta interdimensional localizada en el fondo del océano Pacífico. Cuando la humanidad toma conciencia de que el ataque de las criaturas se recrudece gradualmente deciden crear unos enormes robots llamados Jaegers. Estás máquinas son controladas mentalmente por dos pilotos humanos unidos neuoronalmente para poder ejecutar los movimientos del robot. Pero los Kaijus son demasiado poderosos y los Jaegers no consiguen contenerlos para evitar la extinción de la humanidad que cada vez parece más inminente.




Pacific Rim es en gran parte una muestra del subgénero de ciencia ficción Mecha, muy cultivado en Japón. Como obra rinde tributo a obras niponas de ficción como Mazinger Z de Gō Nagaio Neon Genesis Evangelion de Yoshiyuki Sadamoto (tanto en sus versiones manga como anime), aunque también se ocupa Del Toro de rendir tributo a las producciones en las que colaboró el mítico, y recientemente fallecido, técnico de efectos especiales Ray Harryhausen, ya que la cinta que nos ocupa está dedica a él y al cineasta Ishiro Honda, impulsor del género cinematográfico japonés conocido como Kaiju, tipo de films protagonizados por monstruos post nucleares.




Este célebre subgénero que hizo famoso a monstruos como Godzilla, Gamera o Rodan nació en parte como alegoría, dentro de la ficción, al terror surgido en Japón por la radición nuclear tras los bombardeos de las ciudades de Hiroshima y Nagasaki. Es en este tipo de celuloide en el que más se refleja una obra como Pacific Rim (que a las criaturas se las llame Kaiju es una rererencia directa al ya mencionado subgénero), una producción norteamericana con vocación internacional, pero que destila a lo largo de todo su metraje un aroma nipón del que según ha comentado el mismo Del Toro se alimentó desde su infancia.




Pacific Rim conceptualmente tiene un referente claro y reciente en una cinta diametralmente opuesta a ella tanto en temática como en tono. The Conjuring: Expediente Warren de James Wan y la última cinta de Del Toro comparten ser obras que toman y acumulan todos los clichés dentro de sus respectivos géneros para reformularlos por medio de una ejecución que los hace quedar convincentes en pantalla gracias a la mano de los directores que les dan forma. Por eso en la última producción del realizador de Cronos podemos ver señas de identidad de este tipo de films como frases lapidarias, traumas infantiles, competitividad, gallardía, compañerismo y sacrificio. Pero como ya comento Del Toro consigue que estas ideas queden bien en pantalla y no inciten a un déjà vu impersonal, todo gracias al profundo amor que profesa por su trabajo y los referentes en los que se refleja.




Por encima de todo Pacific Rim la crean los Jaegers y los Kaiju, personajes diseñados por medio de CGI que en pantalla quedan imponentes y cuyas batallas se antojan como lo mejor visto dentro de este género de combates entre monstruosidades ya sean mecánicas o alienígenas. El buen hacer de los efectos digitales consigue transmitir esa sensación de inmensidad, tonelaje y mastodóntica presencia que las criaturas que pueblan el largometraje tienen la obligación de transmitir a la platea. Por descontado que hablamos de una cinta cuyo formato ideal para ser disfrutada al máximo es en pantalla grande, ya que por muy bien home cinema que tengamos en casa la experiencia de ver robots y bichos gigantescos en una sala de cine es insustituible




También se agradece a Del Toro y su co guionista Travis Beachman que intenten dar algo de poso a las relaciones personales de sus protagonistas. Aunque bien definidos los roles de todos los personajes sus caracteres son más bien planos, el mexicano y su colaborador no quieren meterse en los terrenos metafísicos de Neon Genesis Evangelion y se deciden por narrar subtramas más ligeras pero que no carezcan de roles con carisma (Idris Elba se come la película) valentía (Charlie Hunnam cumple, pero está lejos de su soberbio Jax Teller de la magnífica Sons of Anarchy) o determinación (Rinko Kikuchi dándole el tono puramente nipón a la velada). Tampoco nos priva el director de sus personajes cómicos como esos sonados científicos entrañables a los que dan vida Charlie Day y Burn Gorman, el contrabandista excéntrico al que pone su peculiar físico Ron Perlman, uno de los actores fetiche de Del Toro, y la indispensable presencia de nuestro amiguete Santiago Segura que (casi) nunca falta en las producciones del azteca.




Del Toro está en su salsa en Pacific Rim y si bien no podemos ver en toda plenitud su sello autoral sí se percibe en cada uno de los fotogramas el cariño por el producto que está ideando, su implicación con el proyecto y su profesionalidad como artesano del medio. Porque no sólo todas las batallas entre los Kaiju y los Jaegers son de un acabado técnico impecable (muy importante el montaje alterno durante las peleas en las que vemos a los pilotos de los robots y sus reacciones físicas y pscológicas) y una epicidad sólida, también consigue el mexicano arrancar algún momento lírico con el que es para un servidor el mejor pasaje del film, ese recuerdo de Mako en el que se introduce Raleigh y que tiene un aterrador paralelismo con los ya mencionados bombardeos de Hiroshima y Nagasaki.




Pacific Rim da todo lo que se le pide y más. Guillermo del Toro ha saldado con acierto la misión de llevar esta, ambiciosa en forma pero humilde en fondo, producción comercial al éxito cinematográfico que según un servidor sí ha logrado. Sólo dos ideas me atenazan, la primera es que aunque el acabado técnico del largometraje es intachable una vez mas y al igual que con obras como Avatar de James Cameron hay momentos en los que miro la pantalla y la saturación de efectos digitales y croma verde me impiden ver algo que se pueda reconocer como cine en el sentido más ortodoxo de la palabra y vuelvo a temer por el futuro del medio. La otra es que asistir a que esta encomiable producción no rinda en taquilla como debiera mientras que despropósitos como las continuas entregas de Transformers de Michael Bay hacen cada vez más dinero me incita a tener cada vez menos fe en la inteligencia en el espectador cinematográfico medio.



2 comentarios:

  1. Uno de los que estaban a mi lado comento que la película estaba muy bien, pero que faltaban tetas y su compañero no solo estaba de acuerdo, sino que además se permitió el lujo de señalar que la cámara se movía poco. En fin.

    Creo que es la primera vez que he pensado que para rodar esto crearon los robots y los monstruos a escala. Cada hostia que sueltan, cada hostia que reciben, es impresionante XD

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  2. Yo ya no me asusto al encontrarme comentarios de ese tipo en el cine, se ve que nos vamos curtiendo XD

    Hombre, es que Del Toro se ve que ha puesto especial empeño en que las escenas de combates sean brutales y eso se nota en pantalla, las tollinas de las pelis de Transformers parecen masajes tailandeses con final feliz al lado de los bofetones de Pacific Rim.

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