jueves, 30 de agosto de 2012

Desafío Total, el espía que surgió de Marte


Título Original Total Recall (1990)
Director Paul Verhoeven
Guión Dan O'Bannon, Gary Goldman y Ronald Shusett basado en un relato corto de Philip K. Dick
Actores Arnold Schwarzenegger, Sharon Stone, Rachel Ticotin, Michael Ironside, Ronny Cox, Marshall Bell, Mel Johnson Jr, Michael Champion, Dean Norris




En plenas postrimerías de la década de los 80, el actor austriaco Arnold Schwarzenegger se encontraba en lo más alto de la primera línea de Hollywood, ya que venía de protagonizar grandes éxitos internacionales como Terminator, Predator, Commando o Ejecutor (Raw Deal). El intérprete se implicó personalmente en un proyecto impulsado por el productor y guionista Ronald Shusett para adaptar un relato corto llamado We Can Remember It for You Wholesale, salido de la pluma del escritor nortemaricano Philip K. Dick, cuyo libreto no paraba de dar vueltas por las majors de la meca del cine que no veían la viabilidad del trabajo por lo arriesgado de su concepto y naturaleza.




Tras barajarse para el largometraje cineastas como David Cronenberg (hubiera sido interesante su visión del film, indudablemente) o Bruce Beresford, el mismo protagonista de El Último Gran Héroe pidió que el holandés Paul Verhoeven, venido de saborear las mieles del éxito con esa obra maestra titulada Robocop que le dio un importante nombre en Estados Unidos como director de cine de ciencia ficción, se hiciera con las riendas de la realización del proyecto. Así nació Desafío Total (Total Recall), un gran éxito convertido en una obra de culto dentro del cine comercial norteamericano que daba la bienvenida a la década de los 90.




En el año 2084, Douglas Quaid tiene recurrentes sueños en los que viaja al planeta Marte. Un día descubre el anuncio de una empresa llamada Rekall, laboratorio especializado en implantar en sus clientes, por un módico precio, recuerdos que lo hagan viajar mentalmente a cualquier parte del universo. Quaid decide someterse al tratamiento para ejercer de espía en el planeta rojo. En el momento en el que el chip va a ser implantado en su cerebro un ataque despierta una parte de la memoria del protagonista en la que descubrimos que realmente estuvo en Marte con una misión secreta y que su vida en la Tierra es una farsa. La pregunta sería ¿es cierto que Quaid fue un agente secreto enviado a Marte o todo lo que le está sucediendo es parte del tratamiento de Rekall y por consiguiente ocurriendo sólo en su mente?




Desafío Total es una obra formalmente poliédrica desde una perspectiva cinematográfica. Por un lado es una excelente película de ciencia ficción magníficamente escrita y rodada, pero con ínfulas comerciales bastante atípicas; por otro una acertada adaptación de un relato de Philip K. Dick; también una cinta que se puede adscribir con bastante consistencia a la filmografía de Arnold Schwarzenegger (engrandeciéndola indudablemente, es uno de sus mejores largometrajes) y por último, pero no menos importante, un producto de Paul Verhoeven, que encontró una vez más en un guión ajeno constantes que ya eran indivisibles de su discurso como autor cinematográfico y que iremps enumerando a lo largo de la entrada.




Proyecto cinematográfico original, crudo y directo formalmente, que mezcla con pericia el cine de espionaje y el de sci-fi añadiendo ciertas notas, muy Verhoeven, de incorrección política. Total Recall es una de esas películas que impactó a generaciones enteras por lo brutal de muchas de sus inolvidables imágenes. Pero el guión es un prodigio de ingenio y ambigüedad que va más allá de la trillada historia sobre planetas extraterrestres y hombres rudos, aunque hay de todo ello en la trama. Acción, humor, sátira y brutal nihilismo se dan de la mano para dar forma a un éxito rotundo al que el tiempo ha tratado muy bien y eso que cuenta ya con más de 20 años.




Como obra de Verhoeven Desafío Total es una coherente y muy acertada extensión de Robocop. Con aquella magnífica obra comparte el trasfondo distópico, la violencia bestial que  sirve al cineasta para enfatizar una de sus constantes más personales, la fragilidad del cuerpo humano, sobre todo el masculino (en su Holanda natal reafirmaba esta teoría por medio de la desnudez integral de sus actores en obras como Spetters o Delicias Turcas, en la puritana nortamericana lo debía hacer con la más permisiva violencia) la sátira social y política vertebrada por medio de anuncios de televisión, el corporativismo descontrolado o la inclusión de un grupo rebeldes que quiere derrocar a un régimen casi autárquico representado por empresas corruptas con aspiraciones imperialistas.




Pero no neguemos lo evidente, la producción es un proyecto "made in Hollywood" de finales de los 80. Un film de espías a lo James Bond, pero puesta hasta el culo de esteróides, y un trabajo encabezado por el protagonista de Mentiras Arriesgadas (True Lies) con sus diálogos llenos de sorna, escenas de lucha o tiroteos para el lucimiento del antiguo Mister Universo que arranca brazos, utiliza a civiles como escudos humanos, destroza cráneos y atraviesa cristales durante las casi dos horas de metraje. Pero el tratamiento visceral del relato con esos marcianos deformes deudores de la teoría cronenbergiana de la Nueva Carne, los villanos desalmados con aires de nazis o los giros de guión dan empaque a la obra considerablemente.




Nuestro amigo Arnold hace lo de siempre, actúa de manera penosa, pero tiene su arma más poderosa, su fisicidad y la implicación en las escenas de acción. Destacar considerablemente a una Sharon Stone despampanante, incluso más que en Instinto Básico, dando vida a un femme fatale venida de los ecos que áun quedaban de las colaboraciones del director con el guionista de su etapa holandesa Gerard Soeteman, y un Michael Ironside tan rastretro que podía haber formado parte de la banda de criminales de Clarence J. Boddicker en Robocop. Cumpliendo formalmente Rache Ticotín e inolvidable tanto el papel de Benny el taxita como el Cohaagen al que da vida Ronny Cox, actor que en los films en los que ha trabajado bajo las órdenes del director de Showgirls siempre ha representado al capitalismo agresivo.




Recuerdo ver de niño Desafío Total tapándome la cara con las manos con escenas como la de Quaid sacándose el microchip de segumiento por la nariz, la de la cabeza del disfraz de la señora obesa, los rostros deformados de los personajes cuando salen al exterior del planeta rojo sin oxígeno o con la aparición del mítico Quato. Era la típica película que gustaba ver con amigos por no ser apta para niños y disfrutar así de manera furtiva con la prostituta de tres pechos, el pasaje del ascensor entre Schwarzenegger y Ironside o la de la pelea entre Sharon Stone y Rachel Ticotin. Sólo con el paso de los años y adquiriendo cierto grado de madurez  pude vislumbrar los hallazgos de un producto como el que nos ocupa.




Total Recall no es una de las mejores películas de Paul Verhoeven y está bastante lejos de los mejores films que han adaptado relatos de Philip K. Dick, esas obras maestras que responden al nombre de Blade Runner y Minority Report, pero es un film ejemplar a la hora de conjugar una interesante y muy conseguida mixtura generacional, cinematográficamente hablando. Una cinta que dejaría marca en una generación de espectadores y cineastas, la magnífica Abre los Ojos de Alejandro Amenábar le debe más de media vida a esta obra, que ofrece cine divertimento malintencionado, unos efectos especiales prácticos y artesanales, una banda sonora de Jerry Goldsmith inolvidable, varias lecturas acomodadas bajo su subtexto y un final deliciosamente ambiguo. 




Mucha prensa especializada patria e internacional no se atreve a decir lo que es una secreto a voces, posiblemente porque Paul Verhoeven aún hoy es un autor incómodo por haber hecho siempre el cine que le ha dado la gana llegando incluso a bordear al ridículo en ocasiones, o porque como profesionales temen perder su estatus de intelectualidad. Que a pesar de su escatología, crudeza y desprejuiciada naturaleza, la segunda cinta en Hollywood del director de El Libro Negro es una muy disfrutable muestra de lacerante ciencia ficción con mensaje e interesante trasfondo. Algo que el remake del cineasta Len Weisman (Underworld, La Jungla 4.0) rodado en este 2012, con próximo estreno en España, no tiene pinta de ser. Pero ya daré constancia de ello en un futuro muy próximo.



5 comentarios:

  1. Eso he leído, es una pena, porque si bien la idea del remake es innecesaria el reparto y el director podrían parir un producto muy consistente, pero el carioca parece ser que las está pasando putas y esa película va a ser al final tan de su autoría como de la de mi tío el del bar.

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  2. Ah, la peli esa de la tía de las tres tetas... Es lo que mucha gente recuerda y es con lo que se quedan. En fin...

    En cuanto a los remakes no hay que darle muchas vueltas, y bueno, a la situación actual del cine tampoco. Dentro de 20 años, remakes de Crepúsculo, Prometeus, los mercenarios y demás. Entonces ya veréis lo que es el horror, ya XD

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  3. No me sorprende en exceso... si hay remakes de las sagas de Spiderman y Batman, pues algo que da tanta pasta como Crepúsculo hay que ser corto de miras para no hacer un remake ya mismo XD

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  4. Propongo un remake de la película Remake de Roger Gual y que se llame también Remake.

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  5. El caso es que no he visto Remake, sólo la he usado para hacer la coña, pero siempre me llamó la atención su reparto e intenciones generacionales y ahora tengo más ganas de echarle un ojo por tu culpa XD.

    Dejad de hablar de remakes o reboots de Crepúsculo, cuando aún nadie ha revisionado clásicos como ¡Que Vienen los Socialistas!, ¡No Hija, No! o El Liguero Mágico, todas del gran Mariano Ozores, el Vittorio De Sica español.

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