miércoles, 29 de marzo de 2017

La Bella y la Bestia (2017)



Título Original Beauty and the Beast (2017)
Director Bill Condon
Guión Stephen Chbosky, Evan Spiliotopoulos, basado en el film de Disney inspirado en la novela de Jeanne-Marie Leprince de Beaumont
Reparto Emma Watson,  Dan Stevens,  Luke Evans,  Kevin Kline,  Josh Gad, Emma Thompson, Ewan McGregor,  Ian McKellen,  Audra McDonald, Gugu Mbatha-Raw,  Stanley Tucci,  Hattie Morahan,  Adrian Schiller, Chris Andrew Mellon




Después de producciones como la correcta La Cenicienta a manos de Kenneth Branagh, la magnífica El Libro de la Selva rodada por Jon Favreau o la caprichosa versión alternativa de La Bella Durmiente pergueñada por Agelina Jolie en labores de protagonista y productora con Maléfica Disney vuelve con otro remake de uno de sus clásicos animados, este de factura relativamente reciente. En el año 1991 la factoría norteamericana estrenaba La Bella y la Bestia una adaptación de la novela homónima de la escritora francesa Jeanne-Marie Leprince de Beaumont en la que daba su versión del famoso cuento popular y que no tardaría en convertirse en uno de los largometrajes más aclamados de la casa donde habitan Mickey, Minnie, Donald o Daisy. Dirigida a cuatro manos por Gary Trousdale, y Kirk Wise y escrita por Linda Woolverton a partir del ya mencionado relato la versión animada de Beauty and the Beast consiguió un enorme y rotundo éxito que incluso le permitió entrar en la contienda de los Oscars de aquel año (el de la victoria de El Silencio de los Corderos, de Jonathan Demme con sus cinco galardones principales) con seis nominaciones a los premios de la academia y ganando dos, bien merecidos, a mejor banda sonora y canción original. Para sacar adelante dicha propuesta la productora propietaria de los derechos de Marvel ha contratado los servicios del cineasta Bill Condon (Dioses y Monstruos) los actores Emma Watson (la Saga Harry Potter) y Dan Stevenson (Downton Abbey) dando vida a la pareja protagonista y a secundarios como Kevin Kline (Un Pez Llamado Wanda), Luke Evans (High-Rise) Ewan McGregor (T2: Trainspotting), Ian McKellen (X-Men: Días del Futuro Pasado), Emma Thompson (Sentido y Sensibilidad) o Stanley Tucci (Capitán América: El Primer Vengador) entre otros para dar forma a unos equipos técnico y artístico de primera línea.





Aunque su recaudación en taquilla ha sido más que notable y la crítica no ha dado la espalda a su propuesta como producción cinematográfica nosotros ya hemos podido ver el largometraje de Bill Condon y por desgracia no podemos unirnos a los parabienes que sobre ella se han vertido desde su puesta de largo internacional. Vaya por delante que al igual que los otros films con los que Disney ha realizado versiones “live action” de sus clásicos animados con La Bella y la Bestia nos encontramos con una producción en la que no se ha escatimado en gastos, ya sea en su diseño de producción, utilización de efectos digitales (necesarios en este caso para captar el mundo fantástico en el que se mueven los personajes) o reparto de actores de renombre, pero es desde el punto de vista de la escritura donde el film del director de Mr Holmes encuentra sus más destacadas y reprobables debilidades, las mismas que pasaremos a comentar a continuación para argumentar nuestra opinión sobre el proyecto.




Cuando hablamos de que el guión es el mayor fallo de una película como La Bella y la Bestia no lo decimos porque este esté mal estructurado, pobremente desarrollado o inadecuadamente ejecutado, sino por el simple hecho de que si obviamos alguna subtrama nueva, ciertos secundarios inéditos o un par de canciones añadidas al enfrentarnos con film de Bill Condon nos encontramos con una copia desvergonzada e indecorosa de su contrapartida animada estrenada en 1991. Evidentemente el uso de las ya míticas canciones del largometraje original o el de los personajes era inevitable para que esta nueva producción en imagen real tomara entidad y pudiera acceder a su rol como producción Disney, pero el problema reside en que después del prólogo del origen de la maldición que convirtió en bestia al ególatra y superficial príncipe todo lo que encontramos en la cinta que nos ocupa es una copia, totalmente carente de originalidad, del proyecto dirigido por Gary Trousdale, y Kirk Wise hace veintiseis años.




Bill Condon y sus colaboradores llegan en ocasiones a emular con un descaro sonrojante planos (el de la Bestia rasgando con sus garras el retrato de su rostro cuando todavía era humano es la primera muestra de lo que va a ser la tónica de “copia y pega” a lo largo del metraje) calcados milimétricamente de la versión animada, transmitiendo el proyecto cinematográfico una alarmante desgana a la hora de dar una versión diferente o al menos variante en algún sentido de la cinta que todos conocemos. Desde que Bella interpreta su primera canción somos testigos de que los autores del film van a depositar su principal interés en tomar el camino más fácil para ir a lo seguro utilizando la cinta previa de principios de los 90 a modo de storyboard para ir moldeando la de 2017, esperando que la hoy tan manoseada nostalgia haga la mayor parte del trabajo a la hora de que el público reciba con aceptación la última propuesta salida de manos de la factoría Disney.




La película del director de El Quinto Poder es un caso diametralmente opuesto al de la ya citada versión de El Libro de la Selva de Jon Favreau. Mientras Condon recurre casi al “facsimil audiovisual” el realizador de Iron Man o Chef daba una visión distinta a la que pudimos ver en 1967 a la hora de adaptar la novela de Rudyard Kipling, con un tono más oscuro, pero sin eludir la candidez o el humor, sacrificando algunas de las canciones, aunque localizando magníficamente las que utilizaba en la narración, y todo ello respetando escrupulósamente el espíritu, no sólo de la base literaria en la que se inspiraba la película, sino también la imaginería e idiosincrasia de su contrapartida animada. En ese sentido desconcierta que siendo conocidos los buenos resultados conseguidos a nivel de crítica y público por esta nueva The Jungle Book Disney haya decidido abandonar toda aspiración artística en ese contexto a la hora de abordar en pleno 2017 una pieza como La Bella y la Bestia.




Ya si eludimos la naturaleza acomodaticia de La Bella y la Bestia podemos afirmar que nos encontramos con un producto competente y que se ve con agrado en casi todos sus apartados. Bill Condon se muestra voluntarioso y cumplidor detrás de la cámara, pero su labor la podría haber ejecutado con el mismo oficio cualquier otro artesano al servicio de Hollywood. Por otro lado mientras las canciones están representadas con efectividad por los actores, destacando unos magníficos Luke Evans y Josh Gad (que alguien contrate a este hombre para hacer un biopic de Meat Loaf, lo haría genial) en la piel de Gastón y Le Fou o unos divertídimos Ewan McGregor, Ian McKellen y Emma Thompson en las artificiales pieles de Lumiere, Din Don y la Señora Potts, son las coreografías las que no están a la altura de una producción como la que nos ocupa, muy mecánicas, poco espectaculares y sólo destacables en casos como el de “¡Qué Festín!” y en este en concreto más por el uso de los efectos digitales que por otro motivo.




La pareja protagonista interpretada por Emma Watson y Dan Stevens interactúan bien en pantalla y consiguen mostrarse convincentes como pareja a la hora de compartir encuadre. Ella transmite candor, sencillez y elegaqancia como Bella, pero se la ve hermética y cohibida en las secuncias de canto mostrando poca pasión a la hora de interpretar sus temas y él saca lo mejor de sí mismo cuando tiene la forma de Bestia, ofreciendo un porte y elegancia adecuado con su físico real y que en ocasiones recuerda al de su versión animada. Sin llegar a saltar las chispas en pantalla o destilar una química epatante ambos jóvenes intérpretes salen airosos de la no fácil empresa de dar vida a dos roles que están muy definidos en la mente de los espectadores por la versión cinematográfica animada de Disney, pero que han tenido no pocas versiones en pantalla grande o pequeña a manos de autores tan diversos como Jean Cocteau, Christophe Gans o George R.R. Martin.




Tan autocomplaciente como agradable, tan bien realizada como olvidable a las pocas horas de haber sido degustada, esta nueva versión de la novela de Jeanne-Marie Leprince nacida en el seno de Disney padece, en cierta manera, el mismo síntoma que T2: Trainspotting, de Danny Boyle, vivir intencionadamente a la sombra de otra obra previa y llegando a regodearse en su propia naturaleza de copia/variante de una producción mucho más grande y memorable. Con todo, La Bella y la Bestia versión 2017 se ve con agrado y no es una propuesta desdeñable a la hora de ser visionada en pantalla grande con toda la familia, ya que consigue transmitir algo de la magia y el encanto de su “hermana mayor”, pero su propia autoconsciencia como producto cinematográfico intrascendente y comercial le impide ser algo más, afección que esperemos no padezca también esa versión que el ya referenciado Jon Favreau está ideando de El Rey León al amparo de una Disney que mantiene buena salud en su producción animada, pero algunos achaques en la de imagen real.



1 comentario:

  1. Reseña publicada originalmente en la web Zona Negativa

    http://www.zonanegativa.com/zncine-critica-de-la-bella-y-la-bestia-de-bill-condon/

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