lunes, 14 de septiembre de 2015

La Novia de Re-Animator, y Herbert West creó a la mujer



Título Original Bride of Re-Animator (2015)
Director Brian Yuzna
Guión Woody Keith, Rick Fry y  Brian Yuzna, basado e relatos de H.P, Lovecraft
Actores Jeffrey Combs, Bruce Abbott, Claude Earl Jones, Fabiana Udenio, Kathleen Kinmont, Mel Stewart, Mary Sheldon, Marge Turner, Johnny Legend





Cuatro años después del enorme éxito de la mítica Re-Animator, el productor de aquella, el filipino Brian Yuzna, trataba de idear una secuela en colaboración con los guionistas y el director de dicha obra de culto de 1985, Denis Paoli, William Norris y su amigo y compañero de fatigas Stuart Gordon. Los problemas surgieron cuando una productora japonesa decidió invertir en la gestación de dicha segunda parte exigiendo al futuro director de El Dentista o Faust; La Venganza Está en la Sangre comenzar inmediatamente el rodaje. De este modo el cineasta filipino se vio en la tesitura de trabajar a contrareloj y prescindir de sus colaboradores en la cinta primigenia en favor de tener todo a punto lo antes posible. Encontrándose entre la espada y la pared, el mismo Brian Yuzna tomó las riendas como director, productor y co guionista del proyecto y solicitó los servicios de Woody Keith y Rick Fray a la escritura del libreto, pareja que había creado el argumento de Society, la desopilante ópera prima detrás de las cámaras del co fundador de la entrañable Fantastic Factory.




En 1989 vio la luz La Novia de Re-Animator, una dignísima secuela, casi a la altura de la original, que no fue bien recibida por la crítica, viéndose en algunos países relegada a los videoclubs sin pasar por las salas comerciales. Esta nueva aventura protagonizada por los doctores Herbert West y Daniel Cain nuevamente se inspira en la serie de relatos Herbert West: Reanimador salidos de la mente del escritor  H.P. Lovecraft, basándose concretamente en el quinto y sexto, titulados El Horror de las Sombras y Las Legiones de la Tumba, pero añadiendo material de cosecha propia al guion que sirve como base al largometraje. Como comentamos el resultado del film es excelente, ya que no sólo se mantiene fiel a la esencia e idiosincrasia de la anterior entrega, sino que la enriquece ofreciéndonos por el camino el mismo Brian Yuzna la que sigue siendo la mejor película de su irregular, estrambótica y después de todo divertida filmografía.




En homenaje directo a La Novia de Frankenstein, aquella obra maestra con la que James Whale daba continuación a su mítica El Doctor Frankenstein en la que adaptó la novela homónima de Mary Shelley, Brian Yuzna aborda con esta secuela una extensión coherente en fondo y forma de Re-Animator, Después de colaborar como médicos de guerra en Perú los doctores Herbert West y Daniel Cain vuelven a la ciudad de Arkham para trabajar de nuevo en el instituto Miskatonic después de la masacre que allí se produjo y con ello avanzar en sus investigaciones con el suero creado en Zürich por West consiguiendo esta vez no sólo revivir a personas fallecidas sino también insuflar vida a miembros amputados u órganos independientes para con ello crear nuevas formas de existencia humana. Como apunte curioso mencionar que de lo acontecido al final de Re-Animator y cómo acabaron los personajes en sudamérica no se da explicación, pero más o menos quedea claro en un prólogo, no incluido en la cinta, que tenía lugar minutos después del final del film de Stuart Gordon.




Por suerte, y al igual que sucedía con la primera Re-Animator, esta secuela no es un festín de gore descerebrado al estilo de producciones como Premutos: El Ángel Caído, salida de la mano del alemán Olaf Ittenbach, carentes de coherencia interna y cuyo único fin es poner en sesión continua escenas de vísceras sin pies ni cabeza. Bride of Re-Animator es una pieza de género perfectamente estructurada, que al igual que su hermana mayor se toma su tiempo para contextualizar espaciotemporalmente la historia que va a narrar, desarrollar los personajes que la van a habitar o las relaciones interpersonales que estos van a compartir en pantalla. Yuzna y su pareja de co guionistas aprovechan para extender el microcosmos creado en el primer film enriqueciéndolo, añadiendo nuevos matices a los dos personajes principales, estrechando la relación de odio y admiración que les une y haciendo especial hincapié en cómo la ambición desmedida de Herbert West va en peligroso y descontrolado aumento.




Durante este proceso y mientras las distintas subtramas van encarrilándose, Brian Yuzna riega su largometraje con apuntes de humor negro sustentado en el slapstick y el humor físico (algo que también hacía su predecesora) aprovechando el director el juego y las múltiples posibilidades cómicas que brazos, piernas, dedos u ojos vivientes le ofrecen, pero sin llegar a cotas de hilaridad como las de la primera película, por mucho que se haya vendido esta segunda parte como más adscrita a la comedia, algo que no sucede hasta que llegan varios apuntes carcajeantes durante el clímax final en el sótano donde la pareja de doctores llevan a cabo sus reprobables experimentos. Con todo la obra mantiene muy bien el equilibrio entre terror y humor, incluso planteando algunos temas interesantes en cuanto a la psicología de los personajes, algo inesperado en este tipo de producciones.




Porque yendo un poco más allá que la Re-Animator original Yuzna y sus colaboradores consiguen empaparse del aire trágico de la obra literaria de Mary Shelley y ofrecer lo mejor del largometraje cuando esa pobre criatura que da título al film toma vida, ya que ninguno de sus dos creadores siente verdadero afecto por ella. West porque al ser un hombre frío y visceral la rechaza al descubrir que ha resultado un proyecto fallido y Cain porque al depositar en su cuerpo todas las esperanzas por ver resucitar a su amada novia, Meg (cuyo corazón habita en el pobre monstruo creado con miembros y órganos de distintas personas) y ver que lo que ha renacido es poco menos que una aberración, reniega totalmente de ella. Desembocando todo esto en la mejor y más mítica escena del film (y una de las imágenes más icónicas del subgénero gore) en la que la "Novia" se arranca el corazón y lo ofrece a Daniel, un prodigio de secuencia que mezcla la brutalidad extrema con la tragedia y una declaración definitiva de amor por parte de una forma de vida nacida muerta cuya simple existencia confirma el fracaso de sus dos "reanimadores" como científicos y seres humanos.




Jeffrey Combs y Bruce Abbot vuelven como Herbert West y Daniel Cain. El primero una vez más aborda su personaje más famoso con una contención y austeridad brillante, dando vida al mad doctor menos histriónico y más cerebral jamás visto en la historia del cine. Con una frialdad inhumana el científico creador del suero reanimador sigue en su escalada de locura y megalomanía con tal de jugar a ser más que un Dios para llegar a unos niveles de autorrealización profesional que sacien su desmedida ambición. En su escalada de crímenes y (no) muerte arrastra a un Daniel Cain todavía torturado por la muerte de su amada Megan en el primer largometraje. Al igual que en Re-Animator, Bruce Abbot insufla imperfecta vida a un personaje lleno de debilidades y taras psicológicas que el mismo West utiliza como armas para manipularlo a su antojo. También hace de nuevo acto de presencia el mítico Doctor Carl Hill, más bien su cabeza, al que daba vida el británico David Gal volviendo a hacer de las suyas, aunque esta vez en un rol más secundario y no tan activo. El resto del casting lo completan la italiana Fabiana Udenio que ocupa la vacante de mujer explosiva que deja Barba Crampton, seguida de Claude Earl Jones como el agente Lee Chapman, Mel Stewart como el Doctor Graves y una inolvidable Kathleen Kinmont como Gloria y posteriormente la "Novia" que da nombre a la película.




Dentro del apartado técnico es de recibo mencionar primeramente a un Brian Yuzna sencillamente irreconocible. El filipino venía de divertir a propios y extraños con la excesiva y viscosa Society y de aquella ópera prima se trajo el control del tempo narrativo o el suspense y lo excesivo en cuanto las escenas gore. A ello habría que sumar un sabio uso de la colocación de la cámara y el encuadre, una dirección de actores harto meritoria y una inteligente utilización del in crescendo de locura que poco a poco se apodera del metraje cuando nos vamos acercando a ese clímax en la cripta del cementerio, el pasaje más deudor de la letra escrita de Lovecraft, aun antojándose algo apresurado y resolutivo en su cierre. A que el trabajo de Yuzna sea de nota ayuda no sólo la fotografía de Rick Fitcher o el diseño de producción de Philip Duffin, sino también los cuatro equipos de efectos especiales que se ocuparon de la creación de todas las criaturas y escenas gore del film, encontrándose entre ellos los KNB de Kurtzman/Nicotero/Berger y el habitual colaborador del director de Progeny, Screaming Mad George, haciendo todos ellos un trabajo brillante.




Sin llegar a ser tan rotundamente buena como Re-Animator  esta La Novia de Re-Animator supone una secuela indispensable para los fans del gore y las correrías del sádico Doctor Herbert West. Ideada y ejecutada con una profesionalidad fuera de toda duda, aunque sus creadores se vieran en la complicada situación de trabajar en un corto espacio de tiempo y a toda prisa, la segunda película del creador de Cariño. He Encogido a los Niños parecía confirmar tras Society que nos encontrábamos con uno de los mejores y más prometedores cineastas del gore en particular y el género de terror en general. El tiempo quitó la razón a los que así pensaban cuando comenzó a encadenar mediocridad tras mediocridad con alguna que otra cinta de culto (te miro a ti, Mortal Zombie) pero siendo fiel a sí mismo y a su insana visión del séptimo arte, haciendo el cine que siempre le ha dado la gana, independientemente de la calidad del mismo. 




Ya en el año 2003 y dentro de la inolvidable y anacrónica Fantastic Factory que el mismo Brian Yuzna creó en colaboración con el productor español Julio Fernández (Los Sin Nombre, El Segundo Nombre) para realizar cine de género terrorífico y fantástico de Serie B con vocación internacional, rodó Beyond Re-Animator, la última entrega de la franquicia localizada en una cárcel, con actores españoles como secundarios (el indispensable Simón Andreu, una maquiavélica Elsa Pataky y un desquiciado Santiago Segura), rodada en nuestro país y con la indispensable presencia del gran Jeffrey Combs como el ínclito Doctor Herbert West haciendo, una vez más, de las suyas De esta tan vapuleada como reivindicable entrega de Re-Animator hablaremos dentro de poco en Transgresión Continua para reseñar al completo todo el trayecto vital y profesional de uno de los mad doctors más recordados, admirados e imitados de la historia del séptimo arte.



No hay comentarios:

Publicar un comentario