viernes, 9 de octubre de 2009

My Blueberry Nights, en el calor de la noche



Director: Wong Kar Wai (2007)
Guión: Wong Kar Wai & Lawrence Block
Actores: Norah Jones, Jude Law, Natalie Portman, Rachel Weisz, David Strathairn, Hector A. Leguillow, Frankie Faison, Chad R. Davis





Debut occidental del director hongkones Wong Kar Wai. My Blueberry Nights no es el cine de Kar Wai adaptándose al mundo americano, es la visión del director de In the Mood for Love sobre el cine estadounidense.




Aunque no nos engañemos, para amoldarse debidamente a este proyecto el amigo Wong ha cedido en algunos aspectos y difuminado, minimamente, su discurso minimalista y elegante, el film carece de esos silencios llenos de miradas furtivas que dicen más que tres páginas de diálogo y que ya son marca de la casa de este autor.




Pero que nadie se asuste, My Bluberry Nights es puro Wong Kar Wai a casi todos sus niveles: estética exquisita, belleza plástica, elegancia, tomas que hacen pasar desapercibida la existencia misma de la cámara, fluidez narrativa, una banda sonora memorable.




Los que conocemos a este hombre y sus sempiternas gafas de sol sabemos que su relación con los actores es especial, Kar Wai no graba con su cámara, acaricia los rostros de sus intérpretes, es decir que si gente como Jude Law, Rachel Weisz o Natalie Portman son guapos, pasados por el filtro del objetivo de este realizador se muestran sensuales y atractivos hasta el asco.




Un gran reparto, la cantante Norah Jones (fue un capricho del director que ella fuera la protagonista de la cinta) está preciosa, dulce y convincente, vamos que no es Björk en Bailar en la Oscuridad pero es que tal cosa no le hace falta, Law y Weisz entrañables, pero los dos mejores son David Strathairn demostrando que no hay un jodido actor en Hollywood que haga mejor de borracho que este santo varón (lo dio a entender en Eclipse Total y lo ha confirmado aquí una vez más) y Natalie Portman que sale a la mitad de metraje pero que se lleva la película metida en el bolso a su puñetera casa.




Gran película, Kar Wai evoluciona, hace más uso de los diálogos (muy buenos todos ellos en el guión) utiliza un estética que recuerda al David Lynch de Corazón Salvaje, pero sin copiar al de Montana ni descaracterizar su propio discurso y nos regala una cinta romántica, tragicómica, dura, optimista, con miradas a través de cristales y rótulos con luces de neón, hasta para hacer cine occidental este tipo es capaz de dar lecciones a los supuestos autores americanos y europeos.


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