miércoles, 9 de septiembre de 2009

Southland Tales, Apocalypse Please


Director:
Richard Kelly (2006)
Guión: Richard Kelly
Actores: Dwayne "The Rock" Johnson, Seann William Scott, Sarah Michelle Gellar, Mandy Moore, Miranda Richardson, Kevin Smith, Janeane Garofalo, David McDivitt, Curtis Armstrong, Bai Ling





La ópera prima del cineasta norteamericano Richard Kelly, esa maravillosa joya pulida llamada Donnie Darko, comenzaba con un elegantísimo travelling a ras de suelo que rodeaba el cuerpo del protagonista (Jake Gyllenhaal), mientras se encontraba tirado en la carretera junto a su bicicleta. Sin saber muy bien el motivo, ese fue el momento en el que me dije a mí mismo que iba a ver una película , personal, atípica e inolvidable. Evidentemente un servidor andaba en lo cierto.




Southland Tales comienza con incluso más garra que la ya mencionada Donnie Darko, con una puesta en escena forma y un despliegue técnico que sirve para poner en situación al despistado espectador que va a introducirse durante 140 minutos en ese potencialmente interesante mundo creado por Richard Kelly. Pero la segunda cinta del autor de The Box no sólo está a años luz de su ópera prima, es que desde mi punto de vista es un largometraje fallido.




El segundo film de Richard Kelly es una visión distópica de un futuro muy cercano, a día de hoy pasado (ya que los hechos tienen lugar mayormente en el año 2008) y una traducción hiperbólica de los atentados del 11S y la posterior paranóia en la que se vieron sumergidos los Estados Unidos con la guerra de Iraq incluida. En medio de la historia Kelly introduce a un grupo terrorista de revolucionarios neocomunistas, a un actor con amnesia vinculado sentimentalmente con la hija de un senador republicano, a una actriz porno y a soldados veteranos del conflicto iraquí con profundas secuelas físicas y psicológicas.




Con todo esto el director da muestras de una prepotencia y megalomanía fuera de lo normal. Creyéndose lo suficientemente profesional y conocedor del lenguaje cinematográfico como para controlar todo este caos sin que el guión flojeé en ningún momento, intruduciendo en él personajes exagerados, situaciones ridículas, cambiando de género con un chasquido de dedos y elucubrando sobre filosofía y ciencias políticas casi sin saber lo que él mismo está contando, por eso su pedantería (que haberla hayla y en muchas cantidades) es insoportable, pero no por discursiva, sino por simplista, y todo se va al traste inevitablemente.




Las pretensiones hunden los hallazgos de la cinta, que ojo, no son pocos. La dirección de Kelly confirma lo que se vio en su primera película, que su poderío visual no tiene límites, que es capaz de transmitir un estilo cinematográfico personal inconfundible, que puede sacar oro de los efectos digitales (esos todoterrenos follando) o los movimientos de cámara y que se deja influenciar para bien por gente como Stanley Kubrick, Terry Gilliam o David Lynch,. En cambio narrando y dirigiendo actores la cosa cambia.




Los intérpretes se muestran disparatados en su mayoría. The Rock no sabía ni como coño quería hacer su papel, Sarah Michelle Gellar. jamelga y bastante guapa, pero hasta Hannah Montana sería más creíble como actriz porno que ella. Sólo decir que los dos actores que más me covencieron, que me llegaron a transmitir y que incluso en algún momento me emocionaron, fueron Justin Timberlake, enorme cuando canta I've Got Soul, But I'm Not a Soldier de The Killers. y (dios santo, me cuesta decirlo) Seann William Scott, cuyas últimas palabras consigo mismo, me pusieron la carne de gallina.





Southland Tales era un proyecto mastodóntico, que pudo haber sido una obra maestra pero que fracasa como narración sólida envuelta en un cpoderoso armazón visual. No es ni mucho menos la bazofía que se dijo en el festival de Cannes del año 2006, es jodidamente entretenida y estoy seguro de que su montaje de tres horas es mucho mejor, pero lo que yo he visto en pantalla no me ha convencido. Lo mejor es que cintas como esta son una muestra perfecta de la pasión de un joven realizador por contar historias a contracorriente.Cuando a Richard Kelly se le bajen los humos por ser el niño mimado del cine indie americano será capaz de entregarnos joyas tan grandes como su soberbia ópera prima. Pero por ahora sólo podemos esperar.


4 comentarios:

  1. Pues básicamente secundo absolutamente toda la crítica, pero mientras que usted se queda con el simplismo de Kelly, que admito que está ahí, por alguna razón no me molesta, y quedo más emocionado con su brillante factura visual (y una fotografía impresionante) y con, como dice usted, lo jodidamente entretenida que es.

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  2. A mí me gustaría ver ese montaje de tres horas e incluso leer los cómics precuela (si mal no recuerdo) de la cinta.

    Y sí, visualmente la cinta es bestial, a los 5 minutos tal virtud queda bastante clara por parte de Kelly.

    A ver qué tal esa The Box que espero no tarde en estrenarse al menos en USA.

    Pd: También debo ver Domino, aunque tiene pinta de ser una mierda de proporciones ciclopeas.

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  3. Oiga, en serio, no se moleste en ver Domino.
    Imagine lo peor que Richard Kelly puede darnos.
    Imagine lo peor que Tony Scott puede darnos.

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  4. Maldito sea usted, ahora me veo en la obligación de verla lo antes posible.

    ¡¡Además salen actores de Beverly Hills 90210 haciendo de sí mismos!!

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