martes, 8 de septiembre de 2009

Premutos, Olaf Ittenbach, el adalid del ultragore alemán



Director: Olaf Ittenbach (1997)
Guión: Olaf Ittenbach
Actores: Fidelis Atuma, Anke Fabre, Ingid Fischer, Ronald Fuhrmann, Susanne Grüter, Heike Münstermann, Christopher Stacey, Olaf Ittenbach





Ultragore germano no es un tipo de cine en el que para llegar a las escenas de violencia y sangre un tipo pone trampas intrincadas para matar gente, una familia de matarifes asesinan niñatos imberbes o un grupo de mutantes asaltan caravanas, no. Este subgénero que va más allá de la serie Z se basa en que todo lo que sale en el film, todas las tramas, todas las acciones de los personajes son excusas para llenar el metraje de escenas de vísceras bestiales, pero no cuellos seccionados y puñaladas en estómagos, no, se trata de destripamientos, mutilaciones, cabezas arrancadas de cuajo, hachazos en cráneos, ojos, piernas, genitales con abundancia de sangre y tripas, pulmones, hígados... bueno ya sabéis por donde voy, lo más de lo más.




El director de Premutos es el alemán Olaf Ittenbach, posiblemente el peor directo de cine gore de de la historia del séptimo arte. Recuerdo allá por el año 99 cuando me aficioné a este tipo de cine y alquilé una película de este hombre llamada Burning Moon cuya carátula rezaba que era La película más prohibida del gore europeo. Alucinando por tal desafió en la portada del VHS la vi y la verdad es que sí debió de ser la película más prohibida del cine de tripas, pero por lo jodidamente mala que era, no por otro motivo, ciertamente era raro encontrar un sólo fotograma en el que no hubiera sangre pero estaba todo tan mal hecho que daba verdadera vergüenza
ajena.




Premutos es una obra maestra comparada con Burning Moon, pero sigue siendo una de las peores películas que he visto en mi vida. La realización es nefasta, los ¿actores? horribles en todo los sentidos (que gente más fea los alemanes, dios), el guión inexistente, pero en buenas manos hubiera dado más de sí con toda la subtrama teológica, y las escenas de sangre y violencia son cutrísimas, este hombre es el Ed Wood del cine gore, las secuencias de terror dan risa y las partes cómicas no tienen puta gracia, pero la película se disfruta terriblemente con una cantidad de casquería que parece no tener límites, ni fin, carnaza para parar un tren, litros y litros de hemoglobina y toneladas de tripas por doquier, vamos una gozada.




Premutos es una cosa horrible que sólo me recomendaría a mi mismo si no la hubiera visto. Para el recuerdo, el personaje de Walter (el Santiago Segura alemán) y la escena que con diferencia más asco me dio, en la que uno de los actores en primerísimo plano secuencia se saca un enorme moco de la nariz, no sé si era real o no pero era realmente desagradable.


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