jueves, 27 de marzo de 2014

Ocho Apellidos Vascos



Titulo Original Ocho Apellidos Vascos (2014)
Director Emilio Martínez Lázaro
Guión Borja Cobeaga y Diego San José
Actores Clara Lago, Dani Rovira, Carmen Machi, Karra Elejalde, Alfonso Sánchez, Alberto López, Aitor Mazo





Ahora que el pelotazo está confirmado, que ha reventado la taquilla (y veremos la que puede armar con la Fiesta del Cine desde el 31 de marzo al 2 de abril) que ya se habla tanto de fenómeno social como de una futura secuela un servidor fue ayer a ver la última película de Emilo Martínez Lázaro en una sala que se quedó casi sin butacas (desde el año 1994 con Los Picapiedra no me tocaba estar en las primeras filas de un cine). Mi decisión tenía que ver tanto con lo bien que se hablaba desde un principio del largometraje como por el boca/oreja de gente cercana que me la recomendaba encarecidamente. Lo visto ayer fue una comedia bien rematada, dirigida con oficio, interpretada por unos actores memorables y sobre todo escrita con un sentido del humor para quitarse el sombrero.




Ocho Apellidos Vascos tiene un punto de partida directo y sencillo: Chica vasca que no aguanta a los andaluces pasa noche con chico sevillano lleno de prejuicios hacia Euskadi aunque sin consumar por culpa del estado etílico de la muchacha. A la mañana siguiente ella marcha sin decir nada y él, enamorado hasta las trancas, va a buscarla al País Vasco con la excusa de devolverle el bolso que se dejó en su apartamento. Alli ambos se verán envueltos en un lío que implicará que Rafa (Dani Rovira) tenga que camuflar su acento de Sevilla para hacerse pasar por Antxon, un joven vasco para que Koldo (Karra Elejalde), el padre de Amaia (Clara Lago), crea que su retoña va a casarse con un verdadero "chicarrón del norte". En su hazaña Rafa recibirá la ayuda de Mercedes (Carmen Machi) que se hará pasar por su madre para que todo el rocambolesco entramado tenga algo de credibilidad.




El punto de partida es el típico de una comedia romántica de enredo, pero es su contexto y subtexto social (en el que agradecidamente no se ahonda con dramatismo y si desde la sorna por el choque cultural que supone el mismo) el que la hace atípica y original. De poner en una mesa todos los tópicos y clichés sobre Andalucía y Euskadi y volarlos por los aires riéndose de ellos o utilizándolos para hacer mofa no con el "prejuicio" sino con el "prejuicioso" se ocupan dos cracks como son el donostiarra Borja Cobeaga y el guipuzcoano Diego San José, socios profesionales desde que ambos colaboraran en Pagafantas y No Controles, los dos divertidos largometrajes del primero detrás de las cámaras, aunque ambos se habían curtido en programas de humor míticos como Vaya Semanita o Qué Vida Más Triste, este último naciendo como webserie para pasar al tubo catódico más tarde con considerable éxito.




Ellos son, en gran parte, los responsables de que Ocho Apellidos Vascos se convierta en un torrente interminable de chistes por minuto que no dan un respiro al espectador. Partiendo como base de que supuestamente los vascos ven a los andaluces como un atajo de fiesteros vagos que sólo viven para echar la siesta y bailar sevillanas o que en teoría los del sur miramos a nuestros vecinos del norte como brutos garrulos violentos y propensos al terrorismo Cobeaga y San José inciden en la ignorancia tanto de unos como de otros que se ven cegados por prejuicios y tópicos que o no son ciertos o se exageran en demasía. Sería de necios negar que los guionistas utilizan esos clichés para hacer mofa, pero siempre poniéndolos en boca de personajes que realmente tienen una manera de pensar bastante cerril que el espectador en ningún momento puede tomarse en serio.




Andaluces que creen que si una chica vasca visita Sevilla es para buscar "un piso piloto" para formar un comando y cuyas dotes para la violencia callejera son tan notables que puede hacer con cóctel molotov con una botella de batido de chocolate. Vascos que piensan que en Andalucía todos vestimos de gitano/a bebemos rebujito y vivimos en una interminable feria a ritmo de Sevilla Tiene Un Color Especial de Los del  Río, eso siempre que no estemos echando la siesta o cobrando el PER. Martínez Lázaro en la dirección y Cobeaga y San José en el guión apuntan todo esto para dar forma a gags logradísimos en los que un chico de Sevilla tiene que dar un discurso independentista en euskera sin tener ni puta idea de cómo hacerlo o una chica de Euskadi vestida de flamenca acaba mentando a la madre del ya mencionado muchacho sevillano después de hacer este un par de chistes sobre vascos en medio de un bar andaluz hasta el tuétano.




Pero para que este guión lleno de ingenio y diálogos ágiles dé lo mejor de sí mismo en pantalla se necesita un reparto que esté a la altura y el de Ocho Apellidos Vascos es otro de los mayores aciertos de la velada. En un rincón, con polo Ralph Lauren, jersey al cuello como si saliera de un mitín de las juventudes del PP, gomina para parar un tren, un acento sevillano que tumbaría de espaldas a Joan Puigecercós tenemos a Rafa, un andaluz de pura cepa costalero de trono y hermandad, misa los domingos, chiste (o piropo) siempre en la boca y sevillanas en el politono del móvil. En el otro rincón con irregular corte de pelo (con la estética capilar abertzale ya se hacía mofa en los tiempos de Vaya Semanita y con resultados descacharrantes), mechas azules, diadema en la frente y pañuelo palestino en el cuello, Amaia, una chica más vasca que Sabino Arana y tan tierna por dentro como dura de pelar en el exterior.




A ellos les dan vida el actor y humorista malagueño Dani Rovira forjado en las filas de Paramount Comedy y la actriz madrileña Clara Lago, una chica que es la naturalidad personificada cuando sabe elegir buenos papeles que es la mayoría de las veces. La química se hace inevitable cuando ambos comparten plano, se nota el buen rollo (ella varias veces trata de aguantarse la risa sin conseguirlo siempre), que ambos intérpretes se entendían y caían bien, ya que tanto en las escenas de sexo como en las de peleas parecemos estar asistiendo a la odisea de dos personas que realmente han conectado en un plano emocional y para sí hubiera querido Mario Casas dar tan bien en el encuadre con Clara Lago en Tengo Ganas de Ti como lo hace Dani Rovira en Ocho Apellidos Vascos, porque con Rafa te irías sin dudarlo a tomar unas cañas, pero es que a Amia te la llevarías a casa directamente.




Entre los secundarios de más peso tenemos a un pletórico Karra Elejalde haciendo por fin una comedia que está a la altura de sus dotes para el humor (aunque a mí donde este hombre me parece un fuera de serie es en el drama, no hay más que verlo en La Madre Muerta, Los Sin Nombre o También la Lluvia) y una Carmen Machi que no necesita a estas alturas convencernos de que es una actriz cómica impagable. Dentro de roles más episódicos tenemos por parte del norte a varios de los miembros de Vaya Semanita o Qué Vida Más Triste dando vida a poco avispados miembros de la Kale Borroka (Lander Otaola) o simpáticos autobuseros (Santi Ugalde) y por el sur a los impagables Alfonso Sánchez y Alberto López, cabezas pensantes (y parlantes) detrás de la divertidísima El Mundo es Nuestro (de la que se avecina una secuela titulada El Mundo es Suyo que pinta igual o mejor que su predecesora) que aquí dan vida a  los amigos de Rafa y que lo único malo que se puede decir de ellos es que no tienen más minutos en pantalla.




Momentos memorables los hay desde el arranque hasta el momento inintencionadamente kaleborrokero con el contenedor, la cena de Rafa con Koldo y Amia en la que acaba vomitando por todo lo que come y en la que pasa una odisea para entrar en "su casa", el momento en el que el personaje de Karra Elejalde empieza a "escuchar sevillanas", todo lo que abarca el grueso de la manifestación en la que Rafa toma la palabra con el megáfono, la confesión con el sacerdote interpretado por un descacharrante Aitor Mazo, cuando Koldo descubre finalmente quién es Anne investigando su casa, el pasaje en la herriko taberna, la llegada de los personajes de Alfonso Sánchez y Albero López con chapela a la boda y todos y cada uno de los momentos en los que el protagonista de Dani Rovira tiene que forzar su falso acento vasco.


 


Ocho Apellidos Vascos es la mejor comedia de Emilio Martínez Lázaro, un señor que aunque ha rodado varios dramas (Las 13 Rosas, La Voz de Su Amo) es ducho en el humor consiguiendo bastante éxito durante la década pasada con El Otro Lado de la Cama y su secuela, Los Dos Lados de la Cama dentro de este género. Pero es con esta armoniosa conjunción entre Luis García Berlanga y Rafael Azcona (salvando las distancias, evidentemente) con Fernando Colomo o Daniel Sánchez Arévalo (en más de un momento pensé en la deliciosa Primos, que también contaba con Clara Lago en sus filas) pilotada por un reparto y unos guionistas intachables donde ha dado lo mejor de sí como cineasta. El hecho de que a estas alturas se puedan hacer películas brutalmente exitosas (en Euskadi está gustando mucho y aquí en Andalucía puedo dar fe que lo está petando) como esta abordando con humor temas que hasta hace poco eran tabú es síntoma de algo está cambiando en España y por suerte para bien, aunque haya algún resentido aislado no opine lo mismo.



7 comentarios:

  1. Las primeras críticas que leí de esta película aseguraban que era una "españolada total" y encima producida por telecinco, para darle más cache al asunto XD

    Supongo que la veré algún día, pero me parece que este finde me voy a ir a ver el capi 2, que la ponen por encima de "los vengadores" y eso son palabras mayores.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo esta la recomiendo, es el tipo de comedia buenrollista que te deja una sonrisa en la cara. Lo de que produzca Tele 5 no tiene porque ser malo per se, aunque como cadena sea la pena en su momento produjo también muy buenas películas como Lo Imposible, Ágora o El Laberinto del Fauno.

      Hombre, la del Capi es cita obligada sí o sí, aunque es verdad que la están poniendo por las nubes. A mediados de semana estará comentada por estos lares.

      ¡Un saludo!

      Eliminar
  2. pues pensaba dejar pasar esta peli (y, como mucho, darle un pase casero) pero, en vista del entusiasmo del sr. crítico, va a ser cosa de pasarse por la sala de cine; de cualquier manera, coincido con juan en que lo primero es lo primero, y en este caso lo primero es la peli capi.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mañana mismo estoy viéndola yo.

      Espero tener la crítica para el martes.

      ¡Hasta luego!

      Eliminar
  3. Pues mira, todo el mundo me la recomendaba, pero no confío en el "humor" que suele gustar al espectador español medio... Así que digo, voy a ver qué dice el Armin, y me has convencido. Voy mañana a verla con lo de la Fiesta del Cine, que tenía pensado ver Gran Hotel Budapest y una semana ha durado en mi ciudad... :'(

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues la de Wes Anderson voy a verla yo mañana mismo a ver qué tal que aquí sigue de milagro.

      Pd: Acabo de ver la nueva del Capi mañana casi seguro que estará colgada la crítica.

      Eliminar
  4. pues al final he pasado por caja (para compensar el visionado del capi la semana pasada) y, bueno, no está mal la peli; el problema de éstas películas que vienen precedidas de tan buenas acogidas es que, a final, siempre te acaban dejando con la sensación de que la cosa no era para tanto.
    de cualquier manera, supera la media del cine español (aunque no está a la altura de primos, ni mucho menos).
    lo que más me ha rascado es el arranque precipitado que desencadena el enamoramiento e inmediato viaje de rovira a 'las vascongadas'; me ha resultado muy poco creíble (y da la sensación de que en esa parte inicial hubiera merecido un poco más de desarrollo).
    eso si, sala casi llena 3 ó 4 semanas después del estreno; impresionante para una peli española.

    ResponderEliminar