domingo, 28 de abril de 2013

Iron Man 3



Título Original Iron Man 3 (2013)
Director Shane Black
Guión Drew Pearce y Shane Black basado en los cómics de Stan Lee, Jack Kirby, Don Heck, Wilson Meza y Larry Lieber.
Actores Robert Downey Jr., Ben Kingsley, Gwyneth Paltrow, Don Cheadle, Guy Pearce, Rebecca Hall, James Badge Dale, Stephanie Szostak, Wang Xueqi, Miguel Ferrer





Cuando la editorial de cómics norteamericana Marvel quiso hacerse totalmente con el control creativo de los largometrajes que llevaban a imágenes las vivencias de sus personajes en viñetas crearon la productora Marvel Studios. La puesta de largo de la misma se llevó a cabo con Iron Man, la primera adaptación en imagen real del personaje creado por Stan Lee, Larry Lieber, Don Heck y el inolvidable Jack Kirby en 1963 y que narraba las aventuras de Tony Stark, un genio multimillonario y filántropo (émulo del magnate Howard Hughes) que defendía a los inocentes embutido en una armadura casi indestructible de su propia creación.




En 2008 el largometraje se estrenó y fue un rotundo éxito. La cinta dirigida por el actor, guionista y cineasta Jon Favreau desprendía simpatía, acción, humor, era, hasta cierto punto, fiel con el espíritu del personaje y ofrecía lo que se esperaba de ella, cine de entretenimiento bien hecho, rematado con oficio y para todos los publicos. Aunque el tótem que hacía que la película se mantuviera sólida en todo momento era un Robert Downey Jr que había nacido para ser Tony Stark. Guardando la esencia del rol clásico pero añadiéndole unas gotas de la chulería de su versión Ultimate (la creada por Mark Millar y Bryan Hitch) el actor de Chaplin se convirtió en lo mejor de la velada confirmando su rehabilitación personal y profesional marcada por años de excesos.




Dos años después llegó la secuela con prácticamente el mismo equipo técnico y artístico y en la taquilla volvió a funcionar pero ni la crítica ni el fandom fueron muy generosos con ella. Estando lejos de la primera parte era un entretenido fuego de artificio bien realizado pero que pecaba de cierta aparotosidad (síndrome de casi toda secuela hollywoodiense que se precie de serlo) y una innecesaria autocomplacencia que se veía reflejada en una trama irregular y un Tony Stark demasiado encantado de conocerse, ya que el guión del actor Justin Theroux (Mulholland Drive) parecía regodearse demasiado con las famosas salidas cómicas del protagonista que en esta ocasión no siempre tenían la frescura que sí destilaban en la primera entrega.




Su siguiente intervención cinematográfica llegó con el festival, la bacanal, el climax, la season finale que supuso esa pequeña joya del cine comercial actual llamada Los Vengadores, que aún siendo una cinta coral (pocos autores hay en Hollywood que entiendan mejor que Joss Whedon el concepto de trabajo en equipo) le tenía a él como piedra angular con sus dudas, su afán de superación y deliciosa altanería y si no fuera por las brutales intervenciones de Hulk la cinta del director de Serenity hubiera sido más suya que de ningún otro. Tras el éxito a nivel mundial Marvel Studios decidió poner en marcha su Fase 2 con la que llegarían films como las secuelas de Thor y el Capitán América, la primera película del Hombre Hormiga, el debut de los Guardianes de la Galaxia, en un tiempo lejano Los Vengadores 2 y como no, la tercera parte de Iron Man que nos ocupa y que da comienzo a la nueva aventura cinematográfica de los personajes en imagen real de la Casa de las Ideas.




Tras la batalla en New York que compartió con sus compañeros los Vengadores Tony Stark/Iron Man no parece el mismo, eso piensan al menos sus allegados como Pepper Potts o James Rhodes (anteriormente Maquina de Guerra, ahora Iron Patriot, guardaespaldas del presidente del gobierno de los Estados Unidos) ya que se ha obsesionado con su trabajo encerrándose en el sótano de su enorme mansión. Pero todos sus problemas se multiplicarán cuando hagan aparición Aldrich Killan y Maya Henesen, dos personas vinculadas con su pasado más o menos reciente y el Mandarín, un terrorista internacional de corte radical que está decidido a sembrar el caos a lo largo y ancho del país así como eliminar a Tony y todo su imperio empresarial hasta reducirlo a cenizas.




Shane Black (guionista de El Último Boy Scout, Arma Letal o El Último Gran Héroe y director de la muy recuperable Kiss Kiss Bang Bang) ocupa el puesto de un Jon Favreau que esta vez ejerce sólo de productor ejecutivo y secundario con su rol de Happy Hogan (enormes las coñas internas que se hacen con el "nuevo puesto" de su personaje si lo extrapolamos a su labor como director) y el cineasta ofrece todo su oficio para estar a la altura de la franquicia y sin lugar a dudas lo consigue incluyendo además algunos cambios conceptuales. Pero me veo en la obligación de ser coherente y declarar que no hablamos ni de la joya que proclaman algunos, ni de la herejía en imágenes que afirman otros. A continuación algún spoiler de la trama.




Iron Man 3 es una buena película de superhéroes realizada por un director que conoce los thrillers como la palma de su mano, no desentona para nada con el resto de la franquicia, tiene escenas de acción magníficas realizadas con aplomo a pesar de ser mastodónticas en su ejecución y para colmo revitaliza la saga con respecto a la segunda parte. Black es mejor cineasta que Favreau, controla mejor el ritmo, los utensilios que tiene a su disposición y se le da mejor el humor (a diferencia del creador de la cinta Swingers, Black sí interviene oficialmente en la escritura del guión de su entrega de Iron Man y se nota) porque es un hombre curtido como narrador en todo tipo de buddy movies hollywoodienses.




El largometraje sabe mantener un equilibrio entre escenas espectaculares de atentados, combates o batallas épicas con momentos de cierta introspección más contenida en la que Stark se replantea conceptos de su vida personal como la dependencia de sus armaduras, su relación con Pepper Potts (con bastante más protagonismo en esta entrega y con momento Rescate incluido) o su futuro como Iron Man, por que sí, es cierto eso que dicen, el protagonista de la cinta que nos ocupa es más Tony Stark que su alter ego superheróico, pero no se mete Black en terrenos fanganosos a la hora de psicoanalizar a su criatura, esto es un film de la Marvel Studios y la diversión y el desenfado imperan a lo largo de casi todo el metraje.




El grueso del argumento está en gran parte basado en la saga Extremis editada en los años 2005 y 2006 e ideada por el guionista inglés Warren Ellis y el dibujante también británico pero de origen bosnio Adi Granov (curiosamente diseñador de las armaduras del personaje en cine) pero tiene apuntes de muchas otras. El mayor acierto es que el guión se desvincula un poco de las cintas anteriores y se entrega a una historia atípica al menos en lo referente al protagonista, que ejerce más bien poco a lo largo del metraje como Iron Man, aunque eso no hace que el producto se resienta lo más mínimo ya que de esta manera Black enfatiza la ironía, el humor y los momentos en los que los personajes interactúan con bastante convencimiento, pero nunca olvidándose de la acción, que es espectacular en todo momento.




Hay grandes secuencias en Iron Man 3, el ataque a la casa de Stark y todo lo que ello conlleva, las apariciones televisivas del Mandarín (deudoras indudablemente del terrorismo islamista radical en general y de las que grababa Osama Bin Laden en particular) las intervenciones de los infectados con el virus Extremis (muy acertado el trabajo físico de James Badge Dale) que dan pie a escenas técnicamente muy trabajadas y hasta la interacción de Tony con el crío pequeño aún estando llena de clichés tiene sus momentos gracias a lo espabilado que es el infante y la ironía que destila el protagonista. Aunque también son de agradecer algunos de los giros del guión, unos más previsibles y otros menos, algunos del todo rocambolescos y unos pocos bastante coherentes, pero si no contamos el que ha montado el revuelo los demás no han dado mucho que hablar porque no desentonan con el conjunto.




Y así nos metemos en el tema que más ampollas está levantando con respecto al film, sobre todo si nos referimos al fandom y los seguidores del cómic. El giro brutal que se da con el Mandarín pude gustar o no, puede tener sentido o ser un disparate, pero detrás de su inesperada ejecución se esconde un mensaje muy interesante sobre cómo en Estados Unidos se busca al enemigo fuera cuando en última instancia lo tienen dentro de sus propias fronteras. Mensaje que está tan al día que me extraña que no se haya pospuesto el estreno del largometraje tras la trágica matanza de la maratón anual de la ciudad de Boston. A un servidor, fan de los cómics y del villano en concreto, le ha parecido una broma simpática (aunque sí, un tanto blasfema, para qué negarlo, pero sin llegar a extremismos)  para quitar fuerza a un personaje y dársela a otro y si se me apura hasta para parodiar Batman Begins de Christopher Nolan.




Con respecto al trabajo de Robert Downey Jr poca pega se le puede poner, el tipo conoce al personaje como a sí mismo (hay paralelismos entre ambos, qué duda cabe) y Black y su coguionista le regalan diálogos bastante más logrados y menos impostados que los de la segunda entrega (aunque no tan brillantes como los que le puso en bandeja de plata Joss Whedon en Los Vengadores, pero es que hablamos de un hombre que respira comedia por todos los poros de su piel cuando escribe) además se agradece esa intención de volver a las raíces de la saga cuando Tony tiene que valérselas de su talento como "mecánico" cuando no puede depender de su inseparable ejército de armaduras, humanizando así su lado más mundano y cercano para el espectador.




Entre los secundarios muy bien Gwyneth Paltrow y una guapísima Rebecca Hall, muy divertido Jon Favreau como Happy e interesantes las labores de Ben Kingsley (aunque claro está, mucho mejor antes del twist) y Guy Pierce, que al aparecer por primera vez en pantalla parece que va a ser un émulo del Edward Nigma de Jim Carrey en Batman Forever pero que acaba siendo algo mucho más interesante y acertado, aunque en ocasiones no deja de ser una versión hardcore del gran Artie Ziff, personaje salido de Los Simpson. Don Cheadle no tiene muchos momentos en pantalla por mucho Iron Patriot al que dé vida y me ha encantado el guiño a Robocop de Paul Verhoeven cuando ha aparecido Miguel Ferrer a su lado como vicepresidente y supuesto responsable del prototipo de la máquina. Por cierto, la secuencia que hay al final de los títulos de crédito es un guiño gracioso a los fans, no esperéis a Thanos masacrando civilizaciones enteras o adelantos de las tramas de Thor: Dark World o Captain America: Winter Soldier, no es nada de eso, aunque sí, hay estrella invitada.




Iron Man 3 es cine palomitero al 100%, divertido, rápido, ya que sus 130 minutos de metraje se pasan en un suspiro, aparatoso (más que la segunda parte, que ya es decir, pero el gran presupuesto y los efectos digitales están mucho mejor calibrados) y realizado por un Shane Black que sabe lo que hace al pie de la letra, aunque siempre teniendo en cuenta que los productores lo atan bastante en corto y no le dejan hacer todo lo que quisiera con el producto. La cinta supera a la secuela, se queda a poco de igualar a la primera pero tampoco es una maravilla, porque en mi opinión ese 7,9 que tiene a día de hoy en IMDB me parece un tanto exagerado y hasta un punto hilarante.




Con la tercera parte de Iron Man no comprendo a aquellos que hablan de una joya impagable dentro del celuloide sobre superhéroes, pero tampoco a esos puristas que se rasgan las vestiduras por las licencias que se toman con respecto al cómic. Pero sí me pongo del lado de aquellos espectadores más moderados que han salido del cine con una sonrisa de oreja a oreja al confirmar que nuestro Tony Stark, el de todos, sigue siendo el de siempre y que a pesar de ese final a lo fin de ciclo, que no se lo cree ni el espíritu de Jack Kirby, aún queda Iron Man para rato gracias a este agradable reinicio que el marine poco espabilado que murió  el primero en Predator le ha dado a la franquicia para encarrilarla en esa prometedora Fase 2.


6 comentarios:

  1. Muy buena crítica, cuando acabó la película salí con buenas impresiones pero también con una sensación de que se podía haber hecho un poco más.

    Porque para empezar faltaba un traje poderoso para maravillar en los últimos momentos, aún así se compensa con la actuación de Gwyneth Paltrow. Y el villano(El Mandarín) podía dar más de sí, mucho más malvado y potente.

    Muy completa tu reseña. Yo también he hecho la mía, a ver que os parece: goo.gl/7OLYm

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  2. Muchas gracias, ya he leído y comentado tu reseña en tu blog.

    ¡Un saludo!

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  3. Mmm, lo único que puedo decir de Iron Man 3, es que afortunadamente no es Spiderman 3 jeje... pero a ratos se le parece ;). Y en cuanto a su crítica velada al caso Bin Laden, bueno, por lo menos en su contexto (cine de superheroes y fantasía) es mas efectiva y certera que lo expuesto en Zero Dark Thirty (La noche mas oscura). Te invito a visitar un blog colectivo en el cual participo http://distopiasensacionaldecultura.blogspot.mx/ Y aquí nuestra página de face https://www.facebook.com/DistopiaSensacionalDeCultura ¡Saludos!

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  4. Me lo pongo en marcadores para echarle un vistazo, Hansel.

    Un saludo!

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  5. En general concuerdo con tu critica-opinión, ni tanto ni tan calvo que se suele decir, y en todo caso, una película muy drisfrutable.
    Si me permites una pequeña corrección, el marine que interpreta Shane Blck es el primero en morir a manos de Predator, el del tronco es "Poncho", interpretado por Richard Chaves.
    Saludos.

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  6. Pues ahora que lo dices es cierto, pero estaba convencido que era Hawkins el que la palmaba por el tronco. Se nota que me toca revisar Depredador y comentarla por aquí como es debido.

    ¡Un saludo!

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