lunes, 6 de junio de 2011

Creepshow 2, la seducción del inocente


Título Original: Creepshow 2 (1987)
Director: Michael Gornick
Guión: Stephen King y George A. Romero
Actores: George Kennedy, Dorothy Lamour, Lois Chiles, Tom Wright, Stephen King, Tom Savini, Frank Salsedo, Holt McCanally, David Holbrook, Don Harvey, Page Hannah, David Beecroft, Richard Parks, Chere Bryson, Joe Silver



Corría el año 1982 cuando el famoso novelista Stephen King (Carrie, El Resplandor) y el director de cine George A. Romero (La Noche de los Muertos Vivientes, Atracción Diabólica), amigos y colaboradores, aunaron fuerzas con el productor Richard P. Rubinstein para realizar un largometraje que homenajeara a los míticos y magníficos cómics para adultos de la extinta editorial EC, pero centrándose también en la colección de relatos de terror Creepy de la Warren. El resultado fue la muy recuperable cinta Creepshow, de cuyo guión se ocupó King y dirección el mismo Romero, una modesta y entrañable cinta que relataba cinco historias de horror que rendían cariñoso tributo a aquellos lejanos tebeos de los años 50.




Infidelidades, zombies, meteoritos del espacio exterior, legados malditos, insectos atacando en forma de plaga, mucha referencia al mundo de EC y una considerable fidelidad para con las viñetas. Todo sustentado en una estética de cómic, un guión divertido con mucho humor negro e incorreción política y un excelente reparto en el que reconocíamos los rostros de Viveca Lindfors, Hal Holbrook, Ed Harris, Leslie Nielsen, Ted Danson, Adrienne Barbeau, el mismo Stephen King como el inolvidable Jordy Berryl o E.G Marshall. Todos ellos pasándoselo en grande a  la hora de abordar sus caricaturescos y exagerados personajes.




La obra tuvo una muy buena acogida, de modo que cinco años después King, Romero y Rubinstein se pusieron manos a la obra con la secuela. Con los tres autores ejerciendo de productores, y el novelista de Maine ocupándose del guión, esta vez Romero delegó responsabilidades de realización en su colaborador Michael Gornick, que por un lado venía de despuntar al realizar algunos capítulos de la serie catódica Tales Form the Darkside y por otro era el habitual director de fotografía de muchas de las obras de autor de La Tierra de los Muertos Vivientes. El resultado fue una digna secuela a la altura de las circunstancias, que en algunos aspectos incluso llegaba a superar a la cinta original.




Esta vez las cinco historias se vieron a tres. La primera, El Viejo Jefe Cabeza de Madera, habla de una figura india de madera que cobra vida en una tienda de carretera regentada por un matrimonio. La segunda, La Balsa, trata sobre dos parejas que se dirigen a pasar un apacible día en el lago y allí una putrefacta mancha negra intentará devorarlos vivos. La tercera, El Autoestopista, narra cómo una mujer adúltera atropella a un vagabundo que estaba haciendo autoestop. Los tres segmentos se ven complementadas por un prólogo y epílogo, alternando ambos imagen real con animación, que relata una historia sobre un chico que lee los cómics de Creepshow, que le son proporcionados por el mismísimo Creep (interpretado por el maestro de los efectos especiales, Tom Savini) y que es acosado por tres matones de su barrio... por desgracia para ellos.




Todas las historias que dan forma a Creepshow 2 siguen, en la medida de lo posible, la senda abierta previamente por la primera parte y como es lógico, al igual que aquella, también sirven como fruicioso homenaje a los cómics en los que se inspiran. Puede que no tengan el tono más clásico y tebeístico que sí destilaban aquellas, siendo más hijas de su tiempo, pero se antojan muy competentes, están adecuadamente ensambladas y rodadas con mucha solvencia. Michael Gornik demuestra notable oficio detrás de la cámaras, sabe medir los tiempos y dosificar el terror, e incluso se permite el alarde de incluir algún plano brillante como el cenital de Sam atravesando la pared siendo arrastrado hacia la habitación contigua por la figura viviente en la primera historia o algunos muy elaborados de la mancha negra devorando humanos en la segunda. Un trabajo que Gornik resuelve con profesionalidad y un control de la narración digno de elogio.





Una vez más Stephen King y George A. Romero consiguieron dar forma a una agradecida y entrañablemente malsana oda a los cómics adscritos al género de terror en particular y al  noveno arte en general, pero con tono muy de los 80, más que su predecesora. Puede que globalmente no sea tan redonda como la anterior entrega (que en honor a la verdad, desde un punto de vista cinematográfico, tampoco era una genialidad, aunque su personalidad suplía dichas carencias), pero tenía la suficiente calidad y cariño por el material que rendía tributo como para ser recordada con aprecio y una sonrisa en la boca del espectador. También hay una Creepshow 3 rodada en 2006, sin King y Romero implicados en el proyecto, con fama de bastante penosa que tarde o temprano comentaré aquí, cuando tenga el dudoso gusto de visionarla.




Por último destacar que después de los créditos finales de Creepshow 2 nos encontramos un texto que fue un editorial de la revista Collers Magazine cuya fecha data de 1949 y en la que se defendía a un medio como el cómic ante las acusaciones que recibió, por culpa de ese inefable psiquiatra ávido de fama llamado Frederic Wertham, de ser la causa de la violencia juvenil en Estados Unidos a finales de  la década de los 40, dando pie al cierre de un sello tan mítico como EC y a la creación de aquel estúpido objeto censor llamado Comic Code que estuvo a punto de acabar con el mundo la historieta americana que no desapareció totalmente hasta Enero del presente año, cuando fue erradicado por fin de nuestras vidas y de la de nuestros personajes de ficción favoritos. Tanta paz lleva como descanso deja.



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