martes, 15 de junio de 2010

Hellbound: Hellraiser II, thy kingdom come



Título Original: Hellbound: Hellraiser II (1988)
Director: Tony Randel
Guión: Peter Atkins, basado en personajes de Clive Barker
Actores: Clare Higgins, Ashley Laurence, Kenneth Cranham, Imogen Boorman, Sean Chapman, William Hope, Doug Bradley, Simon Bamford





En 1987 el escritor británico Clive Barker debutó como cineasta con Hellraiser: Los que Traen el Infierno adaptación a imágenes de The Hellbound Heart una de sus novelas más célebres. El film fue un gran éxito y a día de hoy es considerado una obra de culto del cine de terror de los 80. Una muy conseguida mirada acerca del infierno y la lasciva unión entre dolor y placer, sexo y muerte, Eros y Thanatos. Hellraiser supuso un hito, el mundo de los cenobitas dejó su huella en el cine de género y Barker comenzó una prometedora carrera como director que por desgracia se desinflaría a partir de su segunda obra, la estéticamente atractiva pero argumentalmente intrascendente Razas de Noche.




Tras el éxito de la primera entrega, la creación de una secuela era inevitable. Barker se alejó del proyecto y dejó en manos de dos conocidos suyos Tony Randel (montador del primer film) y Peter Atkins las labores de dirección y guión respectivamente para llevar a buen puerto tan complicada empresa. El resultado fue Hellbound: Hellraiser II, una más que digna secuela que seguía con bastante fidelidad lo ya planteado por el autor de Libros de Sangre, pero dando una visión más ambiciosa e hiperbólica del microcosmos que pudimos ver en la primera parte.




En Hellbound todo es una multiplicación de lo que ya pudimos ver en Hellraiser. Si en aquella sólo atisbamos las puertas del infierno en esta nos introducimos directamente en él, mostrado en pantalla como un mundo pesadillesco deudor tanto del escritor H. P. Lovecraft como del ilustrador H.R Giger, aunque esto como es lógico es más obra del mismo Barker y la estética que imprimió al primer film. Tanto el gore, como las escenas insanas, la ambientación sexualizada, la intervención de los cenobitas capitaneados por Pinhead, son mayores que en la primera parte, todo esto sin traicionar el estilo del escritor inglés, cosa que es muy de agradecer.




Si hay algún aspecto en el que Hellraiser II supera a su predecesora es en la realización. Porque seamos francos, Barker estaba muy bien con el guión e incluso indicando a los actores que debían hacer, pero su dirección desde el punto de vista técnico dejaba mucho que desear. Tony Randel no es ningún genio detrás de las cámaras (que haya dirigido varios episodios de los Power Rangers es buena muestra de ello), pero en su labor se ven la profesionalidad y las tablas que al creador de Candyman le faltaban. Como ejemplo la escena de el nacimiento de Pinehead, la de la aparición de Julia en el despacho con la consiguiente y brutal eliminación del paciente ante los ojos del Dr Channard, la aséptica y muy bien ejecutada de Julia en la blanquecina casa del médico rompiendo el espejo o las apariciones de los cenobitas, más brutales y retorcidas.




En cambio donde flojea el film es en su escritura. El guión de Peter Atkins carece de estructura y el mismo sólo se centra en mostrar de manera caótica ese mundo onírico lleno de seres ultraterrenales con formas fálicas. Dando forma a un encadenado inverosimil de escenas sin mucho sentido que sólo tienen como fin impactar visualmente gracias al uso de los excelentes efectos de maquillaje. Las lagunas argumentales son notorias y algunas de las excusas narrativas (lo del colchón es de traca) están tan mal planteadas como poco desarrolladas.




Hellbound sigue la senda de Hellraiser y gracias a ello a día de hoy aún es vista como un más que correcto film de terror y la más fiel continuación al discurso que imprimió Clive Barker a la primera entrega. La ambientación, el reparto que repite casi en su totalidad con respecto a la primera entrega, su conseguida puesta en escena y una excelente banda sonora de Christopher Young complementan y dan entidad al film que nos ocupa, que sería la última entrega verdaderamente fiel al origen literario y fílmico en el que se basa. Porque a partir de la horripilante (aunque entretenida por ridícula) Hellraiser III, el Infierno en la Tierra, todas las demás secuelas se mostraron como un despropósito detrás de otro. Sí, hacían pasar un buen rato al espectador, pero estaban cada vez más alejadas de los inteligentes planteamientos del film primigenio.


2 comentarios:

  1. No he visto la película, pero amo su banda sonora y por ahí la tengo dedicada por el amigo Young.

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  2. Yo la primera la vi hace mil años y a cachos,recuerdo que me acojonaba...

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