martes, 8 de septiembre de 2009

Mi Obsesión por Helena, cita con Venus


Título
Original Boxing Helena (1993)
Director
 Jennifer Lynch
Guión Jennifer Lynch
Actores Julian Sands, Sherilyn Fenn, Bill Paxton, Art Garfunkel, Kurtwood Smith





Mi Obsesión por Helena es la controvertida ópera prima detrás de las cámaras de Jennifer Lynch la hija de David Lynch, director de Inland EmpireMulholland Drive o Terciopelo Azul. Esta cinta fue polémica desde su gestación ya que cuenta la leyenda que poco antes de empezar a rodar la entonces actriz que iba a ser protagonista de la película, Kim Basinger, se negó a ejercer su trabajo porque tildaba el guion de pornográfico. Finalmente la protagonista de 9 Semanas y Media (hablando de soft porn) se desvinculó del proyecto y la directora ofreció el rol protagónico a Sherilyn Fenn que era una vieja conocida de su padre desde que trabajara para él en Twin Peaks, Fenn hizo un favor a Jennifer y debido a el mismo hundió su ascendente carrera, ya que la película se dio el batacazo en taquilla y fue masacrada por la crítica, ganando la hija del realizador de Una Historia Verdadera el Razzie a la peor dirección del año 1993.




Boxing Helena, en su título original, es, sin quererlo en ningún momento, un telefilm erótico, pero un erotismo que aprobaría la mismísima Conferencia Episcopal. Jennifer Lynch intenta dar una visión sesgada, mórbida y rompedora de las relaciones sentimentales y sexuales, pero no sabe llevar a buen puerto dicha premisa, eludiendo en el proceso todo verismo o adecuada resolutividad. El problema es que la temática de la película (y su puesta en imágenes, con todo lo relacionado con la fisicidad del personaje de Fenn) es ridícula, está mal llevada y es falsaria hasta el insulto. Aunque ni el director más talentoso podría haber sacado adelante una historia tan propensa a la vergüenza ajena.




Jennifer Lynch apea a diseñar un discurso con resonancias conceptuales propias de autores como David Cronenberg, Luis Buñuel y el Roman Polanski de Lunas de Hiel (1992), pero el resultado es tan impersonal, insípido y distante que lo alumbrado se revela como un inintencionado homenaje a los sexy-thrillers de serie B que dirigía y protagonizaba el icónico galán Andrew Stevens. En cambio, si queremos ir más allá, la cinta sería una mirada, mucho menos gruesa, al lado más vouyeurista del realizador italiano Tinto Brass en cintas tan chabacanas como El Hombre que Mira




Se le agradece a Jennifer Lynch que al ser del todo inoperante con la realización, la dirección de interpretes y la escritura de guiones, que al menos sea elegante y con propensión al esteticismo publicitario, ya que la temática que aborda la trama puede dar pie a escenas grotescas y repulsivas, pero ella con inteligencia las deja pasar de largo y sugiere más que muestra en las escenas más predispuestas a la peligrosidad conceptual o moral, no refiriéndose un servidor a las de sexo, precisamente.




El dúo actoral produce sonrojo. Adoro a Julian Sands. es un intérprete que me cayó en gracia desde que lo vi en las dos primeras entregas de Warlock, pero es un actor mediocre. En Boxing Helena está peor que nunca, ya que su infructuoso intento por mezclar masculinidad, obsesión y vulnerabilidad es horriblemente patético (e vox populi que los papeles que mejor acomete son los de cabrón descerebrado, como en Leaving Las Vegas). La pobre Sherilyn Fenn, hace lo que puede con el material que Lynch pone en sus manos para no caer demasiado en el ridículo con un papel del todo insostenible, tanto en sentido literal como figurado, pero su labor era la crónica de una muerte anunciada, la de su intervención aquí y la de su posterior carrera que sólo en contadas ocasiones volvió a levantar cabeza.




Boxing Helena, es una película inexcusable, pero tampoco para echarse las manos a la cabeza. Jennifer Lynch no ha heredado nada del talento de su padre, no sabe como localizar en momentos adecuados del metraje la excelente banda sonora que tiene a su alcance, desconoce por completo lo que es la dirección de actores y la utilización de los movimientos de cámara. Para colmo resuelve la historia con uno de esos giros tramposos del todo inviables y, una vez más, bordeantes en lo bochornoso. Sólo le podríamos agradecer su disposición a desnudar al reparto, el ridículo papel a lo Jon Bon Jovi del gran Bill Paxton y que el músico Art Garfunkel salga haciendo de amigo del protagonista. Por lo demás esto es un videoclip pseudoerótico con música de Enigma.


No hay comentarios:

Publicar un comentario